martes, 28 de junio de 2011

Fuera del mapa


Un mapa de hace 20 años que ya guarda los recuerdos de dos transpirenaicas en sus pliegues. Una reliquia en la que hay apuntes en lápiz como "bicis no" en la pista que sube desde Nerín a la Sierra de las Cutas, en los límites de Ordesa, hoy abierta a las bicicletas.

Para nuestra nueva ruta transpirenaica vamos a utilizar muchos más mapas y mucho más detallados. A una semana de nuestra partida, la mesa del comedor, la cocina, el baño, la habitación, la terraza, el sofá, el escritorio, la mesita de noche... están cubiertos de cartas 1:25.000 y 1:50.000 de Alpina, Rando Editions, del Atlas topográfico de Catalunya... y en el ordenador está el CompeGPS abierto con sus mapas digitales 1:25.000 de todo el norte de España, el GoogleEarth, el Wikiloc...

Qué mareo!

Esto me recuerda a un cuento sobre mapas y geógrafos que leí una vez (no recuerdo dónde) y sobre el que he encontrado un par de referencias en internet, parece que es del escritor Paulo Coelho:

Jorge Luis Borges cuenta que cierto rey encomendó a sus geógrafos un mapa del país. Pero exigió que el mapa fuese perfecto, con todos los detalles.

Los geógrafos midieron cada lugar e hicieron un borrador. Uno de ellos comentó que todavía faltaban detalles de ríos.

Decidieron entonces rehacer el dibujo a mayor escala. Cuando estuvo listo, el mapa resultó del tamaño del primer piso de un edificio; con todo, algunos consejeros del rey argumentaron:

-No se alcanzan a ver los caminos de los bosques.

Y los sabios geógrafos continuaron dibujando mapas cada vez más grandes, con más y más detalles del país.

Cuando finalmente lograron el mapa perfecto, llamaron al rey y lo llevaron a un inmenso desierto. Cuando llegaron, le mostraron una extraña tienda de campaña que se extendía hasta el horizonte.

-¿Qué es esto?

-El mapa del país –respondieron los geógrafos.

–Como tratamos de hacerlo lo más parecido posible a la realidad, resultó tan grande que ocupó todo el desierto.

-El temor a cometer un error, la mayoría de las veces, termina llevándonos a cometerlo –dijo el rey–, el mapa es tan detallado, que no sirve para nada.

Y mandó ahorcar a los geógrafos.