domingo, 17 de octubre de 2010

Con calma desde la cumbre


Panoramicas espectaculares durante toda la ascension
 Fuimos los ultimos, bueno, creiamos que eramos los ultimos hasta que llegaron a la cumbre dos marroquis de Casablanca, pero disfrutamos de una cima solitaria, tranquila y, sobre todo, muy hermosa, durante mas de una hora. El viento transportaba las nubes a toda velocidad sobre las abruptas crestas vecinas, el desierto se adivinaba en la distancia, hacia el sur, y profundos valles se abrian bajo nuestros pies. El Toubkal (4.167 metros) nos ha parecido una montanya preciosa, mas de lo que nos habian contado. Es cierto que es bastante accesible y que llegan hasta aqui muchos turistas con guias y mulas que dificilmente harian esta actividad si tuviesen que cargar sus mochilas, comida y bebida, pero aun y asi es una montanya hermosa.

Con la camara no tuvimos tanta suerte,
cada dos por tres sufria
"serious altitude sickness"
Quizas hemos tenido suerte y hemos venido unos dias en que la primera nevada de la temporada ha sembrado sus escarpes de una capa blanquecina. Quizas estos dias no habia tanta gente como en verano, o como en pleno invierno. Quizas estabamos muy avidos de aire puro, silencio y sendas junto a arroyos de agua helada... La cuestion es que hemos disfrutado muchisimo de estos tres dias por encima de Imlil, donde el asfalto aun no ha llegado. Ademas hemos conseguido uno de los objetivos deportivos de este laaaaaaaaargo viaje, hemos conseguido unir las cumbres del Mulhacen y el Toubkal.

Hemos viajado sin prisas, aunque en muchas ocasiones ha sido duro, pues hemos vencido muchos, muchisimos desniveles (cerca de 40.000 metros de ascension acumulada desde que partimos de Tortosa). Por eso nos choco tanto cruzarnos con dos grupos que empezaban a subir hacia la cumbre a las dos de la tarde, cuando nosotros ya estabamos a pocos minutos del refugio. Iban con guia local y habian subido directamente desde Imlil esa manyana, o incluso probablemente desde Marrakech. Por el ritmo que llevaban (no eran precisamente sky-runners), les quedaban, como minimo, tres horas de ascension y otras dos de descenso, y solo cuatro de luz solar (a las seis de la tarde es noche cerrada en esta epoca). Nos preguntamos si era buena idea... si asi se disfruta realmente de la montanya. Por la cara que traian dos de aquellos turistas al llegar al refugio ya de noche, creemos que no fue la mejor de las experiencias. Poco tenian que ver con las nuestras, radiantes de satisfaccion. Llenos de agujetas, y cansados, pero felices.

Bonitas vistas desde la cima del Toubkal (4.167 m)