miércoles, 6 de octubre de 2010

M'Gounizados

Amelia recuperandose de la intoxicacion, en Ismikh
Habiamos hecho lo mas dificil: llegar hasta una aldea proxima al M'Goun pedaleando con todo el equipo, encontrar una casa donde guardar las bicicletas y, lo mas duro de todo, reconvertir nuestro equipaje cicloturista en equipaje alpinista... Ya lo teniamos todo preparado: las mochilas, las latas de atun, los quesitos de la vaca que rie, los tang, las pastillas doble caldo avecrem, el filtro para potabilizar agua... Cenamos una tortilla bereber que nos preparo Saadia, la senyora de la casa en la que alquilamos una habitacion. Y nos fuimos a dormir no libres de algunos nervios por lo que nos esperaba al dia siguiente: una aproximacion de casi 25 km y 2.000 metros de desnivel positivo. Pero a tope de ilusion y motivacion.

Hasta las 5 AM, hora casi de levantarse, todo iba bien. Pero al cantar el gallo la cosa se torcio. Amelia empezo a encontrarse mal. Muy mal. Por arriba y por abajo. El resto del dia lo paso en cama, bueno, mejor dicho, en suelo. Hasta la senyora de la casa se preocupo. Una buena mujer que temia que la cosa fuese a peor y la policia se acabara enterando de que habia alojado a dos turistas sin tener licencia alguna.

Despedida del M'Goun
Por suerte todo quedo en una intoxicacion sin consecuencias, porque tras pasar una segunda noche "en suelo" nos despedimos de Saadia, su familia y, como no, del M'Goun. Aunque Amelia se encontraba practicamente recuperada, preferimos poner rumbo a zonas mas civilizadas para estar algo mas tranquilos. En el camino a Skoura comprendimos lo remota que es en realidad la region por la que hemos estado pedaleando estos dias y lo aislados que viven sus habitantes.