viernes, 20 de agosto de 2010

Camporrobles, 1º "avituallamiento"

Panadería en Mosqueruela
Llevamos una semana de viaje, 380 kilómetros, 6.200 metros de desnivel positivo acumulado (sí, soy una freak de las cifras), 5 vivacs, incontables picaduras de mosquitos y demás bichos raros, mil kilos de pan y magdalenas (por cabeza), tropecientos pueblos curiosos y no tan curiosos y mucho, mucho peso, pero estamos felices y contentos (y algo asilvestrados); sin embargo, las rodillas empiezan a pedir un respiro.

Coronando el puerto de Linares, en el Maestrazgo
Hemos llegado a Camporrobles, un “oasis” donde nuestras bicis y piernas se recuperarán de los esfuerzos y excesos cometidos estos pasados días. En familia, aquí vive Gregoria (la abuela de Sergio), y con las mejores atenciones posibles, nos pondremos a punto para proseguir con nuestra aventura ciclista. Atrás han quedado ya los Puertos de Beceite, el Alto Maestrazgo y la Sierra de Javalambre y por delante, todavía, mucho, mucho viaje.