sábado, 21 de agosto de 2010

Sueños al aire libre

En lo alto del mirador de Tarayuela
A orillas de una vieja vía ferroviaria, en un claro de un bosque, sobre un prado en lo alto de un puerto de montaña, en la plaza de un pueblo abandonado...

Viajamos en bicicleta con todo lo necesario para estar "cómodos" al aire libre. Lo acarreamos todo (hay quien dirá que llevamos poco, otros dirán que mucho) sobre las bicis y en el remolque. Es cierto que pesa un poco, o un mucho, pero nos permite disfrutar de la naturaleza las 24 horas del día. Pedaleamos al ritmo que nos pide el cuerpo, esquivamos las nubes de lluvia y relámpagos siempre que podemos, aunque no siempre lo conseguimos.

Puesta de sol, camino de la sierra de Javalambre
En la primera semana de viaje hemos probado casi todos los tipos de terrenos, tanto sobre las bicis como en las esterillas sobre las que descansamos por las noches. Nos gusta dormir al aire libre, en lugares tranquilos, en los que los sonidos del bosque componen el "hilo musical" y la luz del atardecer es la "carta de ajuste" de la mejor "programación" que uno pueda imaginar, un cielo estrellado.