jueves, 9 de septiembre de 2010

1.250 kilómetros con...

Tras 1.250 km de viaje por toda clase de firmes (caminos, pistas forestales, carreteras parcheadas, pedregales varios, sendas, neveros…), más de 21.000 metros de ascensión acumulada y, atención, CERO PINCHAZOS (sí, cero, ni uno), ya va siendo hora de dar un breve balance sobre cómo nos están yendo nuestras nuevas bicicletas, dos flamantes Trek de la serie 6 de la temporada 2011.


Con la Trek 6700 de 2011 a 3.000 metros
de altura, en Sierra Nevada
Sergio: “Voy con una Trek 6700 con el 3x10 a la que sólo le he hecho 4 cambios: los neumáticos, los pedales, el sillín y los puños del manillar. Estoy más que muy contento con la bici. Es cómoda y grande (llevo una XL), pero muy ligera y estable, y lo más importante es que no me ha dado ningún problema de los que solía tener hace años con otras bicicletas de otras marcas al cargar el BOB tráiler en el eje trasero. No he roto ni un radio, ni un pinchazo… Y las ruedas están como el primer día, y eso que nos hemos metido por cada camino…”.

Amelia: “Mi Trek 6300 es ideal para un viaje así. Es una bicicleta de montaña rígida, efectiva y resistente, muy polivalente, y lo más importante, tiene una geometría comodísima para pasar muchas horas sobre ella. Estoy encantada. Además de ser cómoda, en terrenos complicados con piedras o arena, a pesar de ir con unas alforjas traseras bastante grandes (el cuadro está diseñado para montarle el portaequipajes fácilmente) y una bolsa de manillar con un peso significativo, me ha dado mucha seguridad desde el primer día (de hecho estrenamos las bicis el primer día del viaje). En algunos tramos del viaje, como en el descenso por la pista que va del Veleta a las Alpujarras, disfruté mucho de la conducción, fue puro mountain bike pero con alforjas!”.


Por el Camino de la Solana,
con la Trek 6300 de 2011
Bontrager LT3 con “triple flat protection”
Las cubiertas de origen las dejamos en casa para utilizarlas en rutas más técnicas y trialeras, y para este viaje les montamos las Bontrager LT3 con triple protección antipinchazo, de 26 x 2.00, muy polivalentes para uso mixto (off-road y también asfalto) y que están resultando muy duraderas: tras más de 1.200 km todavía no se aprecia desgaste alguno, ni siquiera en la rueda trasera, que con el peso del remolque o las alforjas suele gastarse más rápidamente. A medida que avance el viaje veremos cuál es su rendimiento final, pero todo parece indicar que hemos encontrado una cubierta ideal para lo que hacemos en nuestros viajes.

Puños más cómodos
Como las bicis venían con pedales de plataforma, les pusimos los típicos SPD de Shimano (nos gusta pedalear con automáticos), y en los puños pusimos unos revolucionarios (por su forma) Bontrager Satellite Elite que tienen un perfil especial muy ergonómico que ofrece mayor superficie de contacto en las manos (es una especie de alerón para apoyar las palmas de las manos), lo que los hace especialmente indicados en travesías o viajes largos en los que pasas muchas horas sobre la bicicleta, siendo también totalmente funcionales en tramos off-road o descensos más tecnicos.


Tronos, no potros…
Otro detalle que se ve poco pero se “disfruta” mucho es el que trabaja bajo las posaderas. Los sillines Bontrager que hemos escogido para esta travesía, pese a guardar una estética y un peso bastante racing, tienen unas líneas muy confortables. Aunque trabajen en el más humilde anonimato y pocas veces salgan en las fotos, sin duda realizan una función clave para que cada mañana nos apetezca seguir viaje.